- Alojamiento: Descripción y experiencia en el hotel
- Explorando el vecindario: Paseo por los alrededores del hotel
Cuando decidí viajar de La Haya a Róterdam, opté por tomar el tren, ya que es una forma rápida y cómoda de recorrer la corta distancia entre las dos ciudades. Compré mi billete en la estación de tren de La Haya (Den Haag Centraal) por unos 6 euros. El viaje duró aproximadamente 30 minutos, lo que me permitió disfrutar del paisaje durante el trayecto.
Además del tren, hay otras opciones de transporte disponibles para viajar entre La Haya y Róterdam. Puedes tomar un autobús, que suele ser más económico, pero el tiempo de viaje es más largo, alrededor de 1 hora. También puedes optar por alquilar un coche y conducir tú mismo, lo que te dará más flexibilidad en cuanto a horarios y paradas, pero debes tener en cuenta los costes adicionales, como el alquiler del vehículo y la gasolina.
1.Alojamiento: Descripción y experiencia en el hotel
Una vez que llegué a Róterdam, me alojé en el CitizenM Rotterdam, un moderno y elegante hotel ubicado en Gelderse Plein 50, en el corazón de la ciudad. Este hotel es conocido por su diseño contemporáneo y sus cómodas habitaciones que cuentan con todas las comodidades, como una cama grande, una ducha con efecto lluvia y un iPad para controlar la iluminación y la temperatura de la habitación.
La ubicación del hotel era ideal, ya que estaba a poca distancia de muchas atracciones turísticas, como el Mercado Markthal, la torre Euromast y el Puente Erasmus. También había una gran variedad de tiendas, restaurantes y bares en las inmediaciones, lo que hizo que mi estancia fuera aún más agradable.
Reservé mi habitación en el CitizenM Rotterdam a través de su sitio web oficial. Encontré una oferta especial y pagué alrededor de 80 euros por noche, lo que me pareció un precio razonable dada la excelente ubicación y las instalaciones del hotel. Puedes comparar precios y buscar ofertas en otros sitios web de reservas de hoteles, como Booking.com o Expedia, pero siempre es bueno verificar directamente con el hotel para asegurarte de obtener la mejor tarifa disponible.
Cuando llegué al CitizenM Rotterdam, me impresionó inmediatamente la atmósfera vibrante y moderna del hotel. El vestíbulo era amplio y luminoso, con una gran cantidad de arte contemporáneo en las paredes y un área de estar cómoda y elegante.
El proceso de registro fue rápido y eficiente, ya que el hotel utiliza quioscos de autoservicio para el registro y la salida. Después de recibir mi tarjeta de acceso a la habitación, subí al ascensor y llegué a mi habitación en el tercer piso.
Al entrar en mi habitación, me sorprendió gratamente lo bien diseñado y funcional que era el espacio, a pesar de ser un poco compacto. La cama grande y cómoda ocupaba la mayor parte de la habitación, pero aún había espacio para una pequeña área de trabajo y un rincón para sentarse junto a la ventana. La iluminación y la temperatura se podían controlar fácilmente con el iPad proporcionado, lo que me permitió personalizar mi entorno según mis preferencias.
El baño tenía una ducha con efecto lluvia maravillosa y productos de baño de alta calidad, lo que hizo que mi experiencia de ducha fuera aún más placentera. También aprecié las toallas suaves y esponjosas que se proporcionaron.
Durante mi estancia, disfruté del desayuno en el restaurante del hotel, que ofrecía una amplia selección de opciones, desde fruta fresca y yogur hasta huevos revueltos y tocino. El personal del hotel siempre fue amable y servicial, lo que hizo que mi experiencia en el CitizenM Rotterdam fuera aún mejor.
2.Explorando el vecindario: Paseo por los alrededores del hotel
Después de instalarme en el hotel, decidí dar un paseo por las inmediaciones para explorar y familiarizarme con el área. Caminé por las calles empedradas y disfruté del ambiente animado y cosmopolita que Róterdam tiene para ofrecer.
Mientras caminaba, me encontré con un pequeño mercado de agricultores en una plaza cercana. Había varios puestos que vendían productos frescos, quesos locales y panes artesanales. No pude resistirme a probar algunas de las deliciosas muestras que ofrecían, y terminé comprando una bolsa de manzanas frescas y un trozo de queso Gouda para disfrutar más tarde en mi habitación.
Más adelante, me topé con una tienda de cómics y juguetes vintage que llamó mi atención. Entré y me encantó explorar los estantes llenos de cómics clásicos, figuras de acción y juegos de mesa de mi infancia. Terminé charlando con el amable propietario de la tienda, quien compartió algunas historias interesantes sobre la historia de los cómics y cómo comenzó su negocio.
Continuando mi paseo, me detuve en un pequeño parque cercano, donde me senté en un banco para disfrutar del sol de la tarde y observar a la gente pasar. Mientras estaba allí, presencié una actuación improvisada de un grupo de músicos callejeros. Tocaron una mezcla ecléctica de géneros musicales, desde jazz hasta música folklórica holandesa, y rápidamente atrajeron a una multitud de espectadores entusiastas, incluida yo.
Al caer la tarde, decidí regresar al hotel para descansar antes de cenar. Mi breve exploración por los alrededores del hotel me permitió descubrir algunos aspectos encantadores y sorprendentes de Róterdam, y me emocionó aún más la perspectiva de seguir explorando esta vibrante ciudad durante mi estancia.
Al llegar a Róterdam, me sorprendió la combinación única de arquitectura moderna y patrimonio histórico que la ciudad tenía para ofrecer. La energía vibrante y el ambiente cosmopolita me hicieron sentir emocionado y ansioso por explorar más.
Aprecié la amabilidad y hospitalidad de la gente local, quienes siempre estuvieron dispuestos a ayudarme con direcciones o recomendaciones sobre qué ver y dónde comer. Además, me impresionó la diversidad cultural de la ciudad, que se refleja en sus restaurantes, tiendas y eventos.
Róterdam también me pareció una ciudad muy accesible y fácil de recorrer, ya sea en transporte público, bicicleta o a pie. Esto facilitó mi experiencia como viajero y me permitió moverme con facilidad y comodidad.